Por Charles A. Corr, Ph.D
Es probable que la muerte de su hijo o hija sea la experiencia más dolorosa y difícil que pueda tener. La muerte de un hijo viola todo lo que esperamos del curso natural de los acontecimientos. "Los hijos deberían vivir más que sus padres", decimos. En la mayoría de los casos, lo hacen. Pero, ¿qué hacemos cuando nos encontramos diciéndole un último adiós a un hijo? ¿Entonces qué? ¿Qué podemos hacer para ayudarnos a nosotros mismos en esas circunstancias tan horribles?
Viva su duelo
Al menos al principio, es posible que no pueda aceptar que su hijo realmente haya muerto. Eso es ciertamente comprensible y normal. Tómese el tiempo para absorber este hecho tan difícil y comenzar a reconocer sus tantas implicaciones. Permítete experimentar su dolor en todas sus dimensiones—física, psicológica, social y espiritual. Hágalo gradualmente y en pequeñas dosis, si puede.
Pensar en su hijo o hablar de su hijo con otras personas a veces puede ser doloroso. En otras ocasiones, puede ser reconfortante. No tenga miedo de llorar cuando sea necesario. Las lágrimas son sanadoras. Es probable que la profundidad del duelo que vive se relacione estrechamente con la profundidad de la relación que compartió con su hijo. El dolor es el precio que pagamos por haber amado, porque al hacerlo, nos hemos permitido ser vulnerables a la pérdida.
Afrontar el duelo
Intente controlar, no dominar, su pérdida y su duelo.
- Enfóquese en el presente. No necesita tratar de resolver todo su futuro de inmediato. Enfrente un día a la vez—pero no intente afrontar incluso una hora a la vez si en este momento es demasiado para usted. El tiempo no cura por sí solo, pero la forma en que usamos el tiempo que tenemos disponible puede ayudarnos a sanar y crecer.
- Sea consciente de sus necesidades de comida y agua, descanso y ejercicio. Cuidarse bien es esencial para proporcionar los recursos que necesita para funcionar a diario.
- Hacer frente a una pérdida tan terrible es una experiencia muy individual. Tendrá que encontrar su propio camino después de la muerte de su hijo. Piense en lo que lo ayudó cuando se enfrentó a otras pérdidas menores en ocasiones anteriores en su vida.
Apoyo de familiares y amigos
Mantenga su relación con familiares y amigos cercanos. Realmente necesita su apoyo en este momento, incluso si no cree que haya mucho que puedan hacer por usted. No dude en pedir apoyo a amigos cuando necesite ayuda. Los verdaderos amigos estarán encantados de saber cómo poder ayudarlo con asuntos prácticos y de otras formas.
Si alguien dice o hace algo que no sea útil o que tal vez incluso sea hiriente, tal vez desee explicar sus sentimientos y hablar sobre lo que ayuda. No sufra en silencio. No se descuide.
La mayoría de las personas tiene buenas intenciones, pero a veces no saben qué hacer o qué decir. De hecho, todos tenemos mucho que aprender sobre qué respuestas son apropiadas cuando un hijo muere. Es probable que se encuentre enseñando estas lecciones ya sea que quiera o no. Sea gentil, pero firme; enseñe a las personas a ser más comprensivas y útiles para usted.
Cuando les dé permiso, los verdaderos amigos aceptarán las oportunidades de compartir con usted sus recuerdos de su hijo—y usted también se beneficiará, porque sus recuerdos enriquecerán el legado de su hijo en su mente y en su corazón.
Obtenga fuerza de otros padres en duelo
Los padres en duelo a menudo dicen que otros padres que perdieron hijos fueron sus ayudantes más efectivos. "Ellos conocían el dolor. Sabían qué decir y qué no decir". Puede ser útil buscar un grupo de apoyo local para padres en duelo pidiendo referencias a una funeraria, un programa de hospicio o una institución religiosa en su área.
Concéntrese en el legado de su hijo
A muchos padres les ha resultado útil concentrarse no solo en lo que han perdido, sino también en lo que su hijo ha significado y sigue significando para ellos. Reflexionan sobre cómo su hijo enriqueció sus vidas. Puede hacer esto al pensar en el lugar y el significado especial que su hijo tiene para usted. Su vida es más rica porque su hijo vivió.
Su relación con su hijo ahora será diferente—ese es el difícil hecho que resulta de la muerte. Sin embargo, su hijo siempre tendrá un lugar en su corazón—eso nunca cambiará. Aunque su hijo ya no esté vivo, aún puede amar a ese hijo o hija mientras usted viva. Amar en separación no es menos real que amar en presencia.
Su hijo ayudó a hacer de usted quien es ahora en el camino de su vida. El legado de su hijo aún puede ayudarlo a crecer; puede continuar teniendo efectos profundos en su propia vida y en las vidas de quienes le rodean.
Conmemorando la vida de su hijo
Puede conmemorar la vida de su hijo de muchas formas. Algunos padres escriben pequeños poemas o cuentos, mientras que otros componen un diario de recuerdos, crean un jardín, hacen una donación caritativa o establecen una beca en la memoria de sus hijos.
Otros padres conmemoran la vida de sus hijos comprando o haciendo un regalo especial en el cumpleaños de su hijo, festividades u otras ocasiones para compartir regalos. Luego donan el regalo en la memoria de su hijo a un joven pobre o a una organización benéfica. De ésta y otras formas, usted puede mantener una conexión importante con su hijo y mantener viva su memoria y legado en su propia vida.
Acepte apoyo y amor
A menudo puede ayudarse mejor a sí mismo al aceptar el apoyo y el amor de quienes lo aman y de quienes conocieron y amaron a su hijo, así como al ayudar a otras personas que acuden a usted en busca de apoyo y amor. Todos los que amaron a su hijo se verán afectados por su muerte. Todos ellos todavía necesitan sentirse amados, seguros y como si fueran una parte importante de su familia. Los abrazos y lágrimas compartidos son excelentes maneras de decir: "Todavía somos una familia, el hijo que murió sigue siendo parte de nuestra familia, y a pesar de todo, todos seguimos importando".
Sobre el Autor
Charles A. Corr, Ph.D., es profesor emérito de Southern Illinois University Edwardsville y ex presidente (1989-1993) del International Work Group on Death, Dying and Bereavement. Las publicaciones profesionales del Dr. Corr incluyen 22 libros y más de 80 artículos y capítulos sobre una amplia variedad de temas relacionados con la muerte.