El más profundo agradecimiento se queda corto en comparación con todo lo que hicistes por nosotros. Tu Amor hacia nosotros no tuvo límites. La tristeza por tu partida es indescriptible. Hoy Dios recibe con orgullo a su hermosa y preciada hija Ana, la angelita que eres, la que se ganó el Cielo con todos los honores. Trabajaremos para algún día ganar con tu ejemplo el honor de volverte a ver y abrazar en el Cielo. Te Amamos con todo nuestro corazón y siempre te amaremos y recordaremos.
Tus hijos Yoly, Carlitos y Josué, tus nietas Amaia, Jennifer y Natalia, tus nueras Johanna y Wisdalis, tu yerno Rodolfo, tus hermanos, familiares y amigos.