No llorén por mí, que ahora estoy libre. Estoy siguiendo el sendero que Dios me dispuso. Yo agarré su mano cuando lo oí llamarme. Volví mi espalda y lo dejé todo. No me pude quedar ni un día más, para reír, amar, trabajar o jugar. Cosas que se dejaron sin así. Deben quedarse hací, Yo encontré paz al cerrar el día. Si mi partida les ha dejado un hueco, entonces llénenlo con gozo, con una sonrisa o un beso. Estas cosas las voy a extrañar. No se mantengan con pesár. Yo les deseo un nuevo amanecer. Mi vida fue llena y la saborié bastante. Buenos amigos y buenos tiempos. Es posible que mi tiempo aquí haya sido breve, no lo hagan más largo con pesar. Levanten sus corazones y que la paz esté con ustedes, Dios me quiere ahora y me ha puesto libre.