Nacida el 7 de Abril del 1923 en San Jose de las Lajas, Cuba. Maestra de música por vocación de estudiantes de nivel escolar primario, amaba enseñar y ayudar a sus estudiantes más necesitados.
Amada madre, abuela, y esposa. A Caridad le sobreviven dos hijos, cuatro nietos, diez viznietos y un tatara nieto. Disfrutó de una vida caracterizada por su servicio a los más necesitados. Siendo su nombre Caridad, siempre se esmeró por bendecir y ayudar a familiares, amigos y todos los que le rodeaban.
En el 1961 Caridad llegó con su esposo Efren y sus hijos Luis, Pedro, y Fernando a Miami dónde comenzaron una nueva vida. Su deseo de servir dentro de su comunidad continuó ayudando a muchas familias que recién llegaban de Cuba como parte de programas de ayuda que ofrecía la iglesia St. Mathew, congregación dónde servia con amor y esmero en la guardería infantil, bendiciendo las vidas de innumerables familias quienes la acojieron en muchas ocasiones como parte de sus propias familias.
A pesar de que hubieran momentos de suma dificultad, la fe que la caracterizó, la unidad, la determinación de salir adelante y su espíritu de lucha, le abrieron las puertas a un mundo de oportunidades que ofrecia el nuevo país permitiendo así que sus vidas mejoraran.
Siempre se caracterizó por sembrar amor, y por hacer el bien a los demás. Fue un exelente ejemplo de lucha y superación para sus hijos, nietos, familiares y amistades.
Disfrutaba viajar, conocer y visitar distintos países y culturas y hasta llegó a visitar la Tierra Santa.
Llegó a cuidar desde bebés a personas de mayor edad, siempre con el mismo cariño y calor creando dulces memorias que quedarían impregnadas en los buenos recuerdos de todos de quien cuidó.
Cuándo llegó el tiempo de ser ella quien necesitó de cuidados, gracias a Dios fue rodeada de ángeles terrenales quiénes le tomaron mucho cariño y le brindaron los mejores cuidados con amor y dignidad.
Sus hijos, nietos, familiares y amistades fuimos realmente bendecidos de que Dios le haya permitido vivir largos años. A la edad de 99 años Dios la llamó al cielo dónde descansa junto a su esposo Efren, su hijo Pedro, sus padres Josefina y Alberto y demás familiares.
Gracias Mami, gracias abuela, siempre llevaremos el recuerdo en nuestros corazones de tu amor, risa y ejemplo de hacer el bien. Hasta que nos volvamos a ver nuevamente.
Mucha Luz, paz y amor para ti siempre de lo más profundo de los corazones de tus hijos Luis y Fernando, y de tus nietos Pedro, Yara, Francisco y Luis quienes te aman y te estarán eternamente agradecidos.
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v.1.8.17