Inteligencia, bondad, belleza, simpatía, alegría de vivir. Ningún ser humano es perfecto, pero ella se acercaba a la perfección y de la perfección estuvo cerca como esposa, madre, abuela, amiga y maestra.
Nacida en la riqueza, despojada de ella en plena adolescencia, se abrió camino como si pobre hubiese sido siempre. Améerica parecía hecha para ella.
Difícil, por no decir imposible me es para mi hablar de Ana sin que la emoción ocupe todo el espacio. Era, llegó a ser a traves de los años, la mitad de mi mismo, y ya no volveré a ser el que fui cuando ella estaba conmigo. No hay, nunca habrá con que llevar el espacio que deja su ausencia.