SEÑOR, hazme un instrumento de tu paz.
Donde hay odio... que siembre yo amor;
Donde hay injuria... perdón;
Donde hay duda... fe;
Donde hay desesperación... esperanza;
Donde hay tinieblas... luz;
y Donde hay tristeza... alegría.
Oh, Divino Maestro, concédeme que yo busque.
No tanto ser consolado... como consolar;
No tanto ser comprendido... como comprender;
No tanto ser amado... como amar;
Pues es dando... que recibimos;
Es perdonando... que somos perdonados, y
Es muriendo... que nacemos a la vida eterna.
~ de San Francisco de Asís