Teresa Ramirez

Sus padres eran Martin Rodríguez y Saturnina Torres. Teresa era la séptima de ocho hijos. Sus hermanos mayores Margarita, Venancio, Emma, Maria, Lucina y Javier la querían y cuidaban mucho, incluyendo su hermano menor Victor. Desde niña Teresa tenia una personalidad única, ella ayudaba dandole de comer a las gallinas y durante tiempo de siembra ella ayudaba a sembrar. En su juventud, ella trabajo de cajera en una tienda de abarrotes.

Teresa Rodríguez se caso con Norberto Ramírez el 9 de abril de 1977, en Villa Hidalgo, SLP, México. Después de cazarse empezaron su vida juntos en el valle de California donde comenzarían su propia familia. Durante su matrimonio de 31 años, se mostraron gran amor, respetó y admiración. Tuvieron 5 hijos, Norberto, Julian, Jose Martin, Enrique, Ruben y una hija Adriana. Tenían 11 nietos cuando falleció.

Cuando Teresa llegó a los E.E.U.U. comenzó a formar nuevas amistades y convivir con familia. Ella era ama de casa, dedicaba su tiempo a sus hijos y esposo. Niños siempre le llamaba la atención a Teresa, ella cuidaba sobrinos e hijos de amistades y sus nietos con gran amor y paciencia.

A Teresa le encantaba cocinar y cuidar de sus plantas, pero uno de sus pasatiempos favoritos era tejer. Tejía una multitud de cosas: bufandas, cobijas para bebes, gorros, vestidos y rebozos son algunos ejemplos de lo que podia hacer. Este don brillante la entretuvo toda su vida. Realmente disfrutaba aprender nuevas puntadas y mucha gente posee tejidos que ella hizo con tanto orgullo.

Teresa disfrutaba viajar, ella nunca olvido su raíces. Norberto procuraba llevarla a México para permanecer unida con sus padres, hermanos, sobrinos y amigos. Teresa tuvo la oportunidad de visitar Italia, Israel y Francia, pudo ir a la Basilica de San Pedro en Roma donde vio de cerca al Papa Francisco. Este viaje fue uno de sus grandes deseos que pudo cumplir. A Teresa le encantaba relajarse en las islas de Hawaii. Le agradaba ir a Texas para mirar a su hermana y conocer mejor el estado. Teresa siempre estaba dispuesta a acompañar a sus hijos y amistades a diferentes paseos.

Teresa era una gran mujer de fe, les enseñó a sus hijos, nietos y familiares la importancia de tener fe en Dios y rezar. Ella fue miembro de la Parroquia Católica San Judas por más de 35 años. Está gran devoción la ayudó a superar la perdida de su esposo Norberto en 2008 que amaba tanto. En 2017 fue diagnosticada con cáncer de seno. Teresa puso su salud en las manos de Dios para poder luchar contra esta enfermedad y lo logró.

Teresa valoraba las amistades que tenía y conservó durante las diferentes etapas de su vida. Le encantaba charlar con todos y tenia una manera tranquila de escuchar consejos y darlos. También era buena confidente para mucha gente. Ella demostraba empatía y compasión hacia el prójimo y siempre quería ayudar a todos.

Nuestra madre siempre vivirá en nuestros corazones y en los corazones de todos quienes la conocieron. Nosotros haremos todo lo posible para seguir las tradiciones que nos inculco. Nunca olvidaremos su amor, paciencia, cariño y bondades que nos demostró. Descanse en paz Ama.

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Teresa Ramírez, 69, passed away on March 21, 2024, while on a trip to Hawaii with her son and his family. She was born on October 15, 1954, in Presita de la Cruz, San Luis Potosí, Mexico. Her parents were Martin Rodríguez and Saturnina Torres. Teresa was the seventh of eight children. Her older siblings Margarita, Venancio, Emma, Maria, Lucina, and Javier loved and cared for her deeply, including her younger brother Victor. Since childhood, Teresa had a unique personality; she helped feed the chickens and assisted with planting during the farming season. In her youth, she worked as a cashier in a grocery store.

Teresa Rodríguez married Norberto Ramírez on April 9, 1977, in Villa Hidalgo, SLP, Mexico. After getting married, they started their life together in the California valley where they would begin their own family. During their 31-year marriage, they showed great love, respect, and admiration for each other. They had 5 sons, Norberto, Julian, Jose Martin, Enrique, Ruben, and a daughter, Adriana. She had 11 grandchildren at the time of her passing.

When Teresa arrived in the U.S., she began forming new friendships and spending time with family. She was a homemaker, dedicating her time to her children and husband. Children always caught Teresa's attention; she cared for nieces, nephews, friends' children, and her grandchildren with great love and patience.

Teresa loved cooking and taking care of her plants, but one of her favorite pastimes was knitting. She knitted a multitude of things: scarves, baby blankets, hats, dresses, and shawls were some examples of what she could create. This brilliant talent entertained her throughout her life. She truly enjoyed learning new stitches, and many people own knitted items that she made with great pride.

Teresa enjoyed traveling; she never forgot her roots. Norberto made sure to take her to Mexico to stay connected with her parents, siblings, nieces, nephews, and friends. Teresa had the opportunity to visit Italy, Israel, and France; she even went to St. Peter's Basilica in Rome where she saw Pope Francis up close. This trip was one of her greatest wishes that she was able to fulfill. Teresa loved relaxing on the islands of Hawaii. She enjoyed going to Texas to visit her sister and explore the state further. Teresa was always willing to accompany her children and friends on different outings.

Teresa was a woman of great faith; she taught her children, grandchildren, and relatives the importance of having faith in God and praying. She was a member of St. Jude Catholic Parish for over 35 years. This strong devotion helped her overcome the loss of her beloved husband Norberto in 2008. In 2017, she was diagnosed with breast cancer. Teresa entrusted her health to God to fight against this illness, and she succeeded.

Teresa cherished the friendships she had and maintained throughout the different stages of her life. She loved chatting with everyone and had a calm way of listening to and giving advice. She was also a good confidant for many people. She showed empathy and compassion towards others and always wanted to help everyone.

Our mother will always live in our hearts and in the hearts of all who knew her. We will do our best to continue the traditions she instilled in us. We will never forget her love, patience, affection, and kindness she showed us. Rest in peace, Ama.