Héctor Arturo Ruiz Verdeja, nació el 15 de Mayo de 1956 en la ciudad de H. Matamoros, Tamaulipas, hijo ejemplar, hermano que buscaba la unidad, esposo amoroso, padre consejero y admirable, amigo servicial, hermano en Cristo que amaba a la congregación y respetuoso de sus pastores. Su forma de ser, su porte y sus ojos atrajeron la atención de la joven María Teresa González Martínez, con la que contrajo matrimonio el día 01 de Septiembre de 1990 y de está unión nacieron 3 hijos, Elizabeth, Jacqueline y Héctor. El disfrutaba ir de compras con su amada esposa a la tienda Costco, su equipo favorito fue el América y le encantaba verlo al lado de su papa Lupe, cuando su salud se lo permitió le encantaba ir a casa de sus padres y tomar una taza de café junto a ellos, el amaba a Dios y le gustaba preparar su clase para la Escuela Dominical. A sus 60 años podemos decir todos los que tuvimos la fortuna de conocerlo que fue un hombre con muchas cualidades y virtudes, un hombre recto, leal, noble cariñoso, servicial, trabajador, responsable, amante de Dios, de su familia y con un profundo amor hacia su amada esposa.
El día 25 de Mayo a las 6:37 PM cerró sus ojos en este mundo para abrirlos en el Paraíso; en esta vida le sobreviven sus Padres José y María sus 8 hermanas Esther, Irma, Roberto, Jorge, Ernesto, María, Esmeralda, Alejandro; su amada esposa Teresa y sus 3 hijos, dejando un LEGADO de Ser un Buen padre, Buen hijo, excelente amigo y un buen hijo de Dios, buscando siempre la excelencia en lo que hacemos; PARA SUS HERMANOS le pide buscar la unidad familiar, el confort de mis padres, amarlos y respetarlos y siempre ver por ellos. PARA SUS HIJOS terminar su preparación académica, ser hombres y mujeres de bien y buscar más de Dios para que estemos seguros que un día estaremos juntos en el cielo; PARA SU ESPOSA cuidar de mis hijos y servir más al Señor; PARA TODAS LAS AMISTADES buscar a Dios mientras pueda ser hallado, serle fieles y servirle de corazón.
Hoy desde el cielo sigo siendo un ser de luz favorito a los ojos de Dios pero lleno de esperanza, cuando piensen en mí, solo tengan presente que yo me he adelantado en este camino y que un día a los que conforme a su palabra hemos vivido, nos reencontraremos y estaremos todos juntos ante la presencia del Señor.
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v.1.8.18