Amelia Lozada Castillo, aged 74, passed away on July 10th, 2024. She was a beloved mother, grandmother, great-grandmother, sister, and friend. Amelia's life was a testament to love, compassion, and resilience. Born and raised in Ciudad Obregón, Son. Mexico, Amelia divided her time between her hometown and California. She pursued her education and proudly earned an Associate of Arts degree while living in the United States. Amelia is survived by her three devoted daughters, Ana Arce, Jeni Murakami Lozada, and Milagros De Jesús Lozada. She was a cherished grandmother to Nichelle Solorzano, Matthew Solorzano, and Kamila Solorzano, and a loving great-grandmother to Maleah Solorzano. Amelia also leaves behind two brothers, seven sisters, and numerous nieces and nephews, all of whom she adored deeply. Her legacy is one of healing and guidance. Amelia touched countless lives with her unwavering care and daily messages of positivity. She was a beacon of light, offering support and love to everyone she encountered. Amelia will be deeply missed by all who knew her. Her spirit will live on in the hearts of her family and friends, and her influence will continue to be felt in the lives she touched. Rest in peace, Amelia. You will forever be remembered and cherished.
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Amelia Lozada Castillo, de 74 años, falleció el 10 de julio de 2024. Fue una querida madre, abuela, bisabuela, hermana y amiga. La vida de Amelia fue un testimonio de amor, compasión y resiliencia. Nacida y criada en Ciudad Obregón, Son. México, Amelia dividió su tiempo entre su ciudad natal y California. Continuó su educación y obtuvo con orgullo un título asociado en artes mientras viviendo en los Estados Unidos. Amelia le sobreviven sus tres devotas hijas, Ana Arce, Jeni Murakami Lozada y Milagros De Jesús Lozada. Fue una querida abuelita de Nichelle Solorzano, Matthew Solorzano y Kamila Solorzano, y una amorosa bisabuela de Maleah Solorzano. Amelia también deja atrás a dos hermanos, siete hermanas y numerosos sobrinos y sobrinas, a quienes adoraba profundamente. Su legado es de curación y orientación. Amelia tocó innumerables vidas con su cuidado inquebrantable y sus mensajes diarios de positividad. Ella era un faro de luz que ofrecía apoyo y amor a todos los que encontraba. Todos los que la conocieron extrañarán profundamente a Amelia. Su espíritu seguirá viviendo en los corazones de su familia y amigos, y su influencia seguirá sintiéndose en las vidas que tocó. Descansa en paz, Amelia. Siempre serás recordada y apreciada.
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