Cuando tenga que dejarte por un corto tiempo, por favor no te entristezcas, ni derrames lágrimas, ni te abraces a tu pena a través de los años; por el contrario, empieza de nuevo con valentía y con una sonrisa por mi memoria y en mi nombre viva tu vida y haz todas las cosas igual que antes. No alimentes tu soledad con días vacíos, sino llena cada hora de manera útil. Extiende tu mano para confortar y dar ánimo, y en cambio yo te confortaré y te tendré cerca de mí: y nunca, nunca, tengas miedo de morir porque yo estaré esperándote en el cielo!