Atrás quedó mi tierra natal....mis costumbres, mi familia, mis amigos, mi refugio amado. De frente tenía un nuevo horizonte llamado los Estados Unidos de America, sin cara conocida mas que la de mi esposo Jose. Pero tenía por quien luchar - Emma, Teresa y Jorge. Fincamos nuestras vidas en el Segundo Barrio de El Paso, Texas. Al pasar de los años estos tres hijos me bendijeron con 7 nietos/as y 18 bisnietos/as.
Nos acomodamos aquí viviendo en diferentes locales, las calles: Park, Oregon y Ochoa y algunos otros que no recuerdo. Aquí nacieron Elisa, Rosa María y Blanca. Ellas me bendijeron con 5 nietos/as y 11 bisnietos/as.
La última nacida en el Barrio fue Soledad. Con ella mi bendición fue 1 nieta y 1 nieto.
Porque mi hija Emma ya había organizado su 'ganguita' nos apresuramos MÁS a salir del Barrio. Y LO LOGRAMOS!
En nuestro nuevo domicilio nacieron Elizabeth, Judith e Yvette. Mi bendición con ellas fue 5 nietos/as, 5 bisnietos/as y 1 tataranieto.
Fue durante esta época de mi vida que me convertí en una empresaria exitosa, comprando y vendiendo mercancía. Aprovechando las oportunidades, pude mantenerme a mí y a mis hijas que aún vivían en casa conmigo. Me permitió viajar y demostrarles a mis hijos lo que el trabajo duro y la perseverancia pueden lograr. Aprendí a tocar la guitarra. Mi desalentadora tarea de aprender inglés fue mi próximo proyecto. Mi éxito en esto fue limitado, pero lo suficientemente bueno como para convertirme en una ciudadana orgullosa de los Estados Unidos Americanos, un país que reclamé como mío y llegue a amar.
Quiero reconocer a mis yernos, Roberto, Luis C., Luis V., Joe A., Paul, Arturo, Ricardo, Leonard, Roy y mi nuera Pat. Son muchos para enumerar los/las esposos/as de mis nietos/as. Les doy a cada uno mi más preciada bendición.
Mis 96 años me brindaron la vida al máximo. De hecho, fui bendecida en abundancia.
Ahora me reuniré con mis hijas Teresa, Elisa, mi esposo Jose, mi nieta Savannah Marie, mi yerno Ricardo, mis sobrinos Gabriel y Serafin quienes se apresuraron en ir al Cielo antes que yo. Veré a mi madrecita Petra, mi padre Juan, mis hermanos y todos los demás seres queridos.
Les dejo mis recuerdos, más que esto mi Corazon, CARINO MUCHO y en todo lo que vale mi BENDICIÓN a cada uno de ustedes. HASTA LUEGO - NOS VEMOS EN EL REINO DEL SEÑOR ALGÚN DÍA.
Far away, my native land remained....with my customs, my familia, my friends, my surroundings, and my only known refuge. Before me, a new horizon awaited me — the United States of America where the only face known to me was my husband’s, Jose. I had three good reasons to forge ahead: Emma, Teresa, and Jorge. We planted our roots in the Segundo Barrio of El Paso, Texas. Years later, my three children blessed me with 7 grandchildren and 18 great grandchildren.
In the Segundo Barrio, we would live on many streets: Park, Oregon, Ochoa and others that have faded from my mind. Here, my children Rosa Maria, Elisa and Blanca were born. They gave me 5 grandchildren and 12 great grandchildren.
The last one to be born in the Barrio was Soledad. With her, two more grandchildren joined our growing Familia.
Because my daughter Emma had begun organizing her own "ganguita' we VERY URGENTLY sought to get out of The Barrio and WE SUCCEEDED!
In our new home, Elizabeth, Judith and Yvette were born. With these daughters, I had 5 grandchildren and 5 great grandchildren and 1 great great grandson.
During this era of my life I became a successful entrepreneur - buying and selling merchandise. By taking advantage of these opportunities, I was able to support myself and my daughters still living at home with me. My entrepreneurial success afforded me the ability to travel and demonstrate to my children what hard work and perseverance can accomplish. I learned how to play the guitar and set myself to tackling the daunting task of learning English. My success in this was limited but good enough to become a PROUD CITIZEN of the UNITED STATES, a country I claimed as my own and I grew to love.
I fondly recognize my sons-in-law: Roberto, Luis C., Luis v., Joe A., Paul, Arturo, Ricardo, Leonard, Roy, and my only daughter-in-law, Pat. To name the wives or husbands of my grandchildren and great grandchildren would take too long. I impart my blessing to each of you.
In my 96 years of life, I lived life to the fullest. I was indeed blessed.
Now, I will reunite with my daughters Teresa and Elisa, my husband Jose, my granddaughter Savannah Marie, my son-inlaw Richard, and my nephews Gabriel and Serafin all who ascended to Heaven before me. I will see my Madrecita Petra, my father Juan, my brothers and sisters, and all my loved ones already there.
I leave you my memories but more than this my heart, much love, and my blessings to each and every one of you. For now, so long. SEE YOU IN THE REALM OF OUR LORD SOME DAY.
FAMILY
Jorge C. HerreraSon
Blanca MaganaDaughter
Maria Emma SalcidoDaughter
RoseMary VarelaDaughter
Soledad HerreraDaughter
Elizabeth ApodacaDaughter
Mariam Judith GutierrezDaughter
Yvette KlingensmithDaughter
Teresa CarreonDaughter
Elisa AlbaughDaughter
Mrs. Catalina Herrera also leaves behind53 grandchildren to cherish her memory.
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v.1.8.18