Hercilia dejó su pueblo de San Fernando de Ocotepeque a los 16 años para hacer una vida en
San Pedro Sula. Ahí crió 7 hijos y se unió a la iglesia Adventista donde fue miembro por 51
años. Llegó a los Estados Unidos a los 72 años y vivió con su familia hasta su último día.
Ella fue más conocida por el amor a su Salvador Jesucristo, amor por sus flores, y por
ser una dedicada madre y abuela. La lección más importante que nos llevamos de su vida es
tratar de vivir nuestra vida con fuerza y fidelidad. Ella será extrañada y siempre recordada por
su familia, amigos y todos los que la conocieron.
La antecedieron en su partida su esposo Guillermo Morel y su hija Zoila Morel. Le
sobreviven sus hijos Jorge, William, Blanca, Gloria, Miriam y Guillermina Morel. Y sus nietos
Sheela Malott, Melissa Palacios, Sherlie Morel, William Morel Jr., Kevin Van Hoof, y Edwin Van
Hoof