Fernando Perez was born in Quimistan, Santa Barbara, Honduras on February 15,1952 (actually 1951). He came to the U.S. in 1977 where he would later meet his future wife, Rosalía at a dance club. They both loved to dance. They would later have three children together. Fernando never wanted children and he told them, but Rosalía didn’t give him a choice.
Fernando loved his family, and he loved to enjoy life. Life was a party and a good time, and every moment was worth enjoying. Fernando also prided himself in his work and his appearance. He valued loyalty and honesty and he was never shy about giving his opinion. He loved to joke and didn’t care what many people thought about him. He would often tell his children, “I won’t leave an inheritance so you won’t fight over it.” He didn’t leave them an inheritance but he did engrain them with the love of family, honesty, loyalty, and hard work.
Fernando is remembered by his wife who spent 41 years with him, his three children who he loved unconditionally, three grandchildren that he loved buying gifts for and carrying when they were babies, and his brother Jose Prospero Perez, who he loved like a second father, among his other siblings, and friends who had the opportunity to see him grow from an impulsive and reckless young man into a loving father and grandfather who was still sometimes a little impulsive and wreckless . He leaves his friends and family with memories of an energetic, fun loving and casino loving, well dressed, opinionated, sometimes difficult, but ultimately good-hearted man.
SPANISH
Fernando Pérez nació en Quimistán, Santa Bárbara, Honduras, el 15 de febrero de 1952 (en realidad, 1951). Llegó a los Estados Unidos en 1977, donde más tarde conocería a su futura esposa, Rosalía en un club de baile. A ambos les encantaba bailar. Más tarde tendrían tres hijos juntos. Fernando nunca quiso tener hijos y se los dijo, pero Rosalía no le dio otra opción.
Fernando amaba a su familia y le encantaba disfrutar de la vida. La vida era una fiesta y un buen momento, y cada momento valía la pena disfrutarlo. Fernando también se enorgullecía de su trabajo y su apariencia. Valoraba la lealtad y la honestidad y nunca tuvo reparos en dar su opinión. Le encantaba bromear y no le importaba lo que mucha gente pensara de él. A menudo les decía a sus hijos: "No dejaré una herencia para que no peleen por ella". No les dejó una herencia, pero los grabó con el amor de la familia, la honestidad, la lealtad y el trabajo duro.
Fernando es recordado por su esposa que pasó 41 años con él, sus tres hijos a quienes amaba incondicionalmente, tres nietos a los que le encantaba comprar regalos y llevarlos cuando eran bebés, y su hermano José Próspero Pérez, a quien amaba como un segundo padre, entre sus otros hermanos y amigos que tuvieron la oportunidad de verlo crecer de un joven impulsivo e imprudente a un padre y abuelo amoroso que a veces todavía era un poco impulsivo e imprudente. Deja a sus amigos y familiares con recuerdos de un hombre enérgico, amante de la diversión y del casino, bien vestido, obstinado, a veces difícil, pero en última instancia de buen corazón.
FAMILY
Rosalia SantaellaEsposa
Ailasor Perez-VegaHija
April PerezHija
Fernando PerezHijo
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v.1.8.18