tiempo, por favor, no se entristezcan, ni
derramen muchas lágrimas, ni abracen
su pena por mí, mucho tiempo.
Al contrario, empiecen con valentía
y con una sonrisa. Y en mi memoria
y en mi nombre, vivan su vida y hagan
las cosas igual que antes. No aumenten
su soledad con días vacíos sino que
llenen cada hora que están despiertos
con actos útiles. Den su mano para ayudar,
consolar y animar, y yo, en cambio,
los ayudaré a ustedes. Y nunca,
nunca tengan miedo de morir, pues
los estoy esperando en el cielo.