With heavy hearts, we share the sorrowful news of our cherished Mother and Wife's passing on October 19, 2024. Vitalina Saenz graced the world with her presence on July 22, 1956, in Tendeparacua, Michoacán, as the beloved middle child among three sisters.
For 45 years, she stood as the unwavering support for her husband, a nurturing mother to five extraordinary children, nine beautiful grandchildren and the loving glue binding her two sisters. She was truly the pillar of her family.
Vitalina will be fondly remembered as a friend to all who crossed her path. Whether in line at the store, waiting in a doctor's lobby, or simply as a neighbor, her warm heart and radiant smile drew people in, leaving an indelible mark on countless souls.
An exemplary woman and model citizen, she embodied her Catholic faith with devotion, showcasing a remarkable blend of physical, mental, emotional and spiritual strength.
We are immensely proud of our Mom. While we mourn her departure, we take solace in knowing that she now rests eternally in God's Kingdom, reunited with her beloved Father, Manuel Vazquez, whom she held in deep admiration. Her days of pain and restlessness have ceased; God has lovingly called His daughter home.
Con el corazón dolorido, compartimos la triste noticia del fallecimiento de nuestra querida madre y esposa el 19 de octubre de 2024. Vitalina Saenz agraciaba al mundo con su presencia el 22 de julio de 1956, en Tendeparacua, Michoacán, como la querida hija del medio entre tres hermanas.
Durante 45 años, ella se mantuvo como el apoyo inquebrantable para su esposo, una madre cariñosa para sus cinco hijos extraordinarios, la tierna abuelita de sus nueve hermosos nietos y nietas y el eslabón que unió sus dos hermanas. Ella era realmente el pilar de su familia.
Vitalina será recordada con cariño como una amiga de todos los que se cruzaron en su camino. Ya sea en una fila de la tienda, esperando en el vestíbulo de un médico o simplemente como vecina, su cálido corazón y su radiante sonrisa atrajeron a la gente, dejando una marca indeleble en innumerables almas.
Una mujer ejemplar, que puso en practica sus mismos concejos, encarnaba su fe católica con devoción, mostrando una notable mezcla de fuerza física, mental, emocional y espiritual.
Estamos inmensamente orgullosos de nuestra madre. Mientras lamentamos su partida, nos consuela saber que ahora descansa eternamente en el Reino de Dios, reunida con su amado Padre, Manuel Vázquez, a quien tenía en profunda admiración. Sus días de dolor y inquietud han cesado; Dios ha llamado amorosamente a su hija de regreso a su hogar.
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v.1.12.1