El Señor es mi pastor, nada me faltará.
en lugares de delicados pastos me hará
yacer: Junto a aguas de reposo me
pastoreará: Confortará mi alma; me guiará
por sendas de justicia por amor de su
nombre. Aunque ande en valle de sombras
de muerte, no temeré mal alguno; porque
tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me
infundirán aliento.
Aderezarás mesa delante
de mí en presencia de mis angustiadores:
Ungistes mi cabeza con aceite;
mi copa está rebosando.
Ciertamente el bien y la
misericordia me seguirán todos los días
de mi vida y en la casa del Señor
moraré por largos días.