En 1943 nace un gran hombre, el cual de cariño lo llamamos siempre “Don Chema”, tan singular como la tierra que lo vio nacer, San José de Chuen Michoacán.
Sus padres fueron Adalberto Bravo y Esther López, esta ultima que aun vive y lo acoge con sus oraciones. Tuvo 3 hermanos (Rosendo, Jorge y Miguel), así como 3 hermanas (Rafaela, Josefina y Guadalupe).
Su infancia fue dura tal y como lo describe la historia del México de aquella época, pero las adversidades de su niñez poco a poco fueron formando la Fortaleza de un hombre bueno, leal y amoroso, que hasta el último día de su vida lo demostró a toda su familia.
Después de pasar los primeros años de su vida ayudando en la casa de sus padres y tratando de sobrevivir y progresar en su pueblo tan querido, a la pronta edad de 20 años toma la decisión que marcaria su vida para siempre. Trabajando de campesino para el señor Ramiro López en la comunidad de Tipitarillo Michoacán, conoce a la hija de este de nombre “Rosa López”, quien a la postre se convertiría en su esposa, el amor de su vida y progenitora de la vasta dinastía de “Don Chema”.
En la década de los 70 “Don Chema” emigra a los Estados Unidos. La ciudad de Bakersfield lo recibe y es ahí donde comienza una época de evolución y aprendizaje piscando uva y durazno y una gran cantidad de hortalizas que fueron despertando en él un espíritu empresarial que más adelante desarrollaría a gran escala buscando siempre el bienestar familiar.
Más tarde, después de que “Don Chema” y Doña Rosa formaran matrimonios por separado y después del fracaso de estos, la comunicación volvió a tomar revuelo mediante cartas de amor y no fue sino hasta 1980 cuando con mucho esfuerzo decide traerla junto con sus 5 hijos, prueba del gran Corazón y el amor que este hombre tenía para con su mujer.
Los campos del Condado de Orange lugar donde se estableciera con su nueva familia en los años 80 fueron testigos de la vida de un hombre con espíritu empresarial quien da vida a comercios como los restaurantes: Celestinos, Janitzio, La Palma, El Fogon y Mi Morenita. Pero sin lugar a dudas lo que dio conocer más a este hombre fue su famosa lonchera Janitzio por tan rico sazón que hasta el final mantuvo dando un toque de peculiaridad y originalidad a las tan famosas carnitas y birria estilo Michoacán de “Don Chema”.
Una gran familia para un gran hombre 16 hijos, 52 nietos y 9 bisnietos, son el saldo de aquel amor surgido en 1963 en los campos de Tipitarillo.
Su casa en la calle Halladay en Santa Ana era el hogar de todo aquel que cruzaba su puerta tal y como él lo describiera en su diario personal encontrado después de su muerte: “Esta casa siempre día y noche esta calientita por todos ustedes, desde el mas viejito hasta el que se encuentra en el vientre de su mama, dichosa esta casa que hasta los invitados sienten el calor de un hogar.”
Descanse en Paz Querido “Don Chema”.
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