María Mercedes López de Nerio, cariñosamente conocida por sus amigos y familiares como Mamá Menche, falleció pacíficamente a la edad de 91 años el 13 de noviembre de 2024 en Austin, Texas. Su partida deja un vacío irremplazable en los corazones de su familia y seres queridos, quienes atesorarán por siempre su memoria.
Nacida el 10 de septiembre de 1933 en el pintoresco pueblo de Ocotepeque, Honduras, María fue la tercera de seis hijos de Buenaventura Pinto y Gregoria López. Sus años de formación estuvieron marcados por la tristeza, ya que enfrentó la pérdida de sus padres a una edad temprana, lo que la obligó a emigrar a El Salvador. A pesar de estas adversidades, su espíritu de resiliencia y determinación brilló con fuerza. A una edad temprana, comenzó a trabajar, asumiendo roles como cocinera y niñera, habilidades que le serían útiles a lo largo de toda su vida.
En 1949, María contrajo matrimonio con José Benito Nerio, lo que dio inicio a un hermoso legado familiar. Se establecieron en San Salvador y dieron la bienvenida a diez hijos: Carlos Armando, María del Carmen, Gladys, Ana Mercedes, Pedro Antonio, José Rodolfo, René Vicente, Reina Isabel, Sonia Elizabeth, y María del Milagro. María valoró profundamente su rol como madre y afirmó que el nacimiento de cada uno de sus hijos enriqueció su vida de manera inconmensurable. El amor y apoyo que brindó a su familia fueron profundos, y su dedicación inquebrantable hizo que sus hijos siempre se sintieran queridos y valorados.
Un pilar fundamental en su vida fue la fe. A principios de la década de 1980, se convirtió al cristianismo, lo que la llevó a ser miembro integral de la Iglesia El Milagro de las Asambleas de Dios en San Salvador, donde fue pastoreada por el pastor y evangelista Álvaro Max Rivera hasta el año 1983. Más de 41 años después, su servicio continuó con un compromiso inquebrantable. Su actual pastor, el reverendo Jorge Alberto Cálix (1984 – presente), siempre se ha referido a ella con profundo respeto, cariño y admiración. María asumió múltiples roles de liderazgo, entre ellos el de diaconisa, participando activamente en el Ministerio Femenil, e irradiando su fe a través de sus acciones.
Le precedieron en la muerte su amado esposo, José Benito Nerio, quien falleció el 2 de julio de 2001, y sus cinco hermanos. María deja un legado que incluye a sus diez hijos, 25 nietos y 29 bisnietos, todos profundamente impactados por su amor y guía. Cada generación lleva ahora consigo su espíritu y valores, asegurando que la memoria de María nunca se desvanezca.
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