He was born in Philadelphia and spent his early years with parents, grandparents, and older brother Edward in a row house in what is now Society Hill but was then a working class neighborhood. He attended Temple University and then obtained a PhD in anthropology from Columbia University, where he specialized in Latin American studies. While at Columbia, he worked for some time as a teaching assistant for Margaret Mead; he also participated in the student protests in 1968.
His first job was at Hayward College (now California State University, East Bay), as an assistant professor of anthropology. He would have liked to stay in that job but had to leave it because of a financial crisis in California that led to layoffs of some junior faculty.
David later had a variety of work experiences. He obtained an MPH at University of California, Berkeley and completed additional postdoctoral studies at University of Washington, focusing on alcohol-related research. He worked on a project in Peru sponsored by the Agency for International Development and went to Bolivia to teach for a year at a university in La Paz. After returning to New York, he continued doing research but was also very interested in doing clinical work. He obtained an MSW at Hunter College and trained to be a psychotherapist. He later became a tenured professor of social work at Yeshiva University, perfectly combining his research and clinical interests. After retiring from Yeshiva, he expanded his psychotherapy practice and devoted much of his time to clinical work.
David met his wife Ruth Ottman in 1996. Both were fluent in Spanish and passionate about travel. They had lived in Berkeley at the same time in the 1970’s, on the same street; they regretted not having met earlier. Their relationship grew and deepened over the 24 years they spent together. They were truly soulmates.
In 2001, Ruth was invited to go to Havana to teach a course in her field, and David joined her. This was the beginning of his love affair with Cuba. He traveled there at least twice a year since that first trip, establishing relationships that were as close as family with many, many people. He published many scholarly papers about the conditions of life there, especially among older Cubans.
David was a gentle, sensitive, caring person, strong enough to be vulnerable and deeply empathic. He had a very strong aesthetic sense; he could not resist buying artwork and ceramics wherever he traveled. He also surrounded himself with books – about Cuba, psychotherapy, and leftist politics, continually buying more. He loved good wine. He was very close to his brother Edward; they shared many interests and traveled together many times. In addition to Ruth and Edward, he is survived by his cousins in Philadelphia, and most importantly, by close friends in the US and Cuba, all of whom will miss him terribly.
In lieu of flowers, donations can be made to Partners in Health, Doctors without Borders, MoveOn.org, or other organizations consistent with David’s values of promoting equality, justice, and mental health.
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David falleció el día 4 de Junio del 2020, después de una batalla heroica contra el COVID-19.
David nació en Filadelfia y sus primeros años de vida transcurrieron en compañía de sus padres, abuelos, y su hermano mayor Edward en una casa “adosada” en la que es ahora conocida como “Society Hill,” que era antes un barrio de clase obrera. Asistió a Temple University y después obtuvo su doctorado en Antropología en Columbia University, donde se especializó en estudios Latinoamericanos. Mientras estuvo en Columbia, trabajó por un tiempo como asistente para Margaret Mead y también participó en las protestas estudiantiles en 1968.
Su primer trabajo fue en Hayward College (ahora California State University, East Bay), como profesor asistente de Antropología. Le hubiera agradado continuar en ese trabajo, pero tuvo que abandonarlo debido a la crisis económica que hubo en California, que dejó como resultado el despido del profesorado joven.
Tiempo después, David tuvo varios trabajos. Él obtuvo un Máster en Salud Pública en la Universidad de California, Berkeley y completó los estudios posdoctorales en la Universidad de Washington, enfocándose en investigaciones relacionadas con el alcohol. Trabajó en un proyecto en Perú, auspiciado por la US Agency for International Development y pasó un año en Bolivia como profesor en una universidad en la Paz. Después de regresar a Nueva York, continuó haciendo investigaciones, pero se interesó también en el trabajo clínico. Obtuvo un Máster en Trabajo Social en el Hunter College y se entrenó para ser psicoterapeuta. Después se convirtió en profesor titular de trabajo social en la Yeshiva University, combinando perfectamente sus intereses por la investigación y el trabajo clínico. Cuando se retiró de Yeshiva, expandió sus prácticas psicoterapéuticas y dedicó mucho de su tiempo al trabajo clínico.
David conoció a su esposa Ruth Ottman en 1996. Ambos hablaban español fluido y compartían una pasión por el viaje. En los años 1970s ellos vivieron en Berkeley, en la misma calle, y se arrepintieron por no haberse conocido antes. Su relación creció y se volvió más profunda en los 24 años que vivieron juntos. Ellos eran verdaderas almas gemelas.
En 2001, Ruth fue invitada a ir a La Habana para enseñar en un curso de su especialidad, y David se le unió. Este fue el comienzo de su amorío con Cuba. Él estuvo viajando por lo menos dos veces al año desde su primer viaje y estableció relaciones muy cercanas con personas, a las cuales consideró como si fueran de su familia. También escribió muchos artículos académicos sobre las condiciones de vida allá, especialmente sobre cubanos de la tercera edad.
David era gentil, sensible, atento, lo suficientemente fuerte para ser vulnerable y profundamente empático. Él tenía un gran sentido estético y no podía resistirse a comprar obras de arte y cerámica a donde quiera que viajaba. Se rodeaba de libros, relacionados con Cuba, psicoterapia y política izquierdista; comprando continuamente más. Le encantaba el buen vino. Era muy cercano a su hermano Edward; ellos compartían varios intereses y viajaron juntos en distintas ocasiones. Además de Ruth y Edward, lo sobreviven sus primos que viven en Filadelfia, y aún más importante, sus buenos amigos en Estados Unidos y Cuba, quienes lo extrañarán por siempre.
En lugar de flores, se pueden hacer donaciones a Socios en Salud (Partners in Health), Médicos sin Fronteras (Doctors without Borders ), MoveOn.org u otras organizaciones consistentes con los valores de David de promover la igualdad, justicia, y la salud mental.
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