Si hubieras tenido el placer de conocer a Don Antonio Preciado, sabrías que era un marido, padre y abuelo muy trabajador. Muchos de nosotros lo vimos como un padre. Todos recordaremos que era un perfeccionista, pero muy humilde. Don Toño cargaba el orgullo de su rancho desde Colima, México. Así que no hace falta decir que se enorgullecía mucho de todo lo que el hacía. Desde criar a sus cuatro hijos con su esposa, María Esthela, hasta cuidar de sus plantas, árboles y paisajes y para dominar su comercio en la industria de la construcción de paneles de yeso. Si no estaba en el trabajo, el estaba trabajando en casa arreglando algo o haciendo mejoras en el hogar. Sin embargo, no era egoísta con su conocimiento; fue maestro a sus propios dos hijos, Tony y Freddy, e incluso para algunos de sus amigos. Algunos de ellos se ganan la vida hoy de lo que les enseño. Don Toño fue un proveedor y le puso un muy buen ejemplo a sus dos hijos, que son los propios hombres y proveedores trabajadores para sus propias familias. Sé que eso lo hizo sentir muy orgulloso.
Don Toño se enorgulleció de su trabajo hasta el punto de que cuando perdió un dedo en el trabajo, nunca fue vergonzoso al respecto. Eso no lo detuvo en absoluto, y hasta bromeaba al respecto a veces. Su sentido del humor era único, pero de alguna manera, siempre te hacía reír. Algunos tuvieron la oportunidad de verlo hacer "el baile de la moto" en las fiestas, nada mas, se pueden imaginar el haciendo este baile con su cara tan seria. No siempre estábamos seguros, si su intención era hacernos reír, pero el tenia esa mirada en su cara que sólo algunos de nosotros entenderíamos, y pues como nos hacia reír.
¡Uno de nuestros recuerdos favoritos es cómo tenia la solución para todo, el famoso tape rojo! Para todo usaba el tape rojo. Esta fue su marca de firma, desde arreglos rápidos en el baño a arreglos de automóvil, por supuesto, estos fueron sólo arreglos temporales hasta que pudo hacer el trabajo correctamente. Muchos de nosotros recordaremos a Don Toño en su característico estilo de vestir que consistía en una camiseta blanca, franela abierta, jeans y sus tenis, Reeboks...
Don Toño era un niño de corazón y le encantaba instigar situaciones desenfadadas con su esposa, y con sus dos hijas Alma y Elva, él hacía caras como de un pequeño travieso que sabia que lo iban a regañar. A pesar de que amaban a su padre, las volvía locas, y yo tuve el honor de presenciar este tipo de amor que tenía por su esposa y hijas. Sé que el estaba orgulloso de las dos mujeres fuertes que había criado.
Para la mayoría de ustedes que leen esto, saben que la familia Preciado siempre nos hizo sentir como en casa y parte de la familia desde el primer día. Yo, personalmente, los conozco desde que tenía catorce años y más tarde, Don Toño y María Esthela se convirtieron en padrinos de bautismo a mi hija mayor. La familia Preciado es inmensamente querida por muchos. Con corazón triste, he creado esta recaudación de fondos, en su memoria, para ayudar con los gastos próximos y inesperados que puedan prever. Antonio deja atrás a una esposa a la que la mayoría de nosotros podríamos llamar Mamá/Nana/Nina. Siento que es seguro decir que todos amamos a nuestro papá/Don Toño como lo hacemos con toda su familia, y juntos, todos podemos ayudarles, ya sea de una manera pequeña o grande. Cualquier donación sería muy apreciada. Todas las donaciones irán directamente a su esposa Maria Esthela Preciado.
Don Toño deja atrás a ocho nietos que, yo siento, lo convirtieron en un niño de corazón. Kassandra, Issiah, Damian, Nathan, Frankie, Josiah, Savannah, y Karina todos extrañarán a su Tata con todo corazón.
