Dios vio que estabas cansada y no había cura,
Y puso sus brazos alrededor de ti y dijo,
“ven conmigo” Con lagrimas en los ojos te
vimos fallecer, y aunque te queremos no podríamos hacer nada.
Un corazón dorado paro de latir.
Manos que trabajaron duro están descansando.
Dios nos quebró el corazón para demostrarnos
que él se lleva lo mejor. Ya cruzaste la puerta
que te conduce a tu destino
Adios Kika, No Te Olvidaremos!
-Irene Aguilar de Alvarez