Rita Diaz

Rita was born in Rosa Morada, Mexico on January 4th, 1950 to Victor and Ernestina Inzunza. She was the 8th of 11 children, she was born so small that they quickly nicknamed her “La Pringa” which means a small sprinkle.

She passed peacefully at home surrounded by family. She had been battling colon and liver cancer since August 2016. She is survived by her husband of 47 years Alvaro Diaz Obando, her four children Alvaro Jr. and wife Rosa, children Christian, Melissa, and Ricardo. Erica and husband Daniel Miranda and children Allen, Kenneth, and Ethan. Nibia Karine and husband Robert Seavey and children Abigail and Aiden. Jorge and wife Vivian and new born twins Jameson and Joshua.

Rita was baptized into the Seventh-day Adventist Church at the age of 13 years old, together with her mother Ernestina and four brothers and sisters. She had a passion for ministry and dedicated her entire life to her husband, children, grandchildren, and the ministry. She always had God in her heart and sang whenever she was happy or sad. Thanks to her faith, she was able to teach others of God and now has a large lineage of believers in her brothers and sisters as well as her children.

Rita started working for La Voz de la Esperanza, a ministry of the North American Division of Seventh-day Adventists, on June 3, 1991. She worked until she was diagnosed on August 2016. She worked 25 years for the ministry spreading the gospel. During her tenure, she worked with elders Milton Peverini, Frank Gonzalez and Omar & Nessy Grieve, directors of La Voz de la Esperanza. In multiple occasions, they have spoken of her character as the most honest person they have known.

During her last weeks, she had two goals: one was to see the birth of her two youngest grandchildren, which she was able to accomplish. The other was to see her two oldest grandchildren graduate from college. She was able to see them accomplish this goal of completing their education, but sadly she will be unable to attend the graduation ceremony.

_____________________________________________________________________________

Es con profundo dolor que compartimos la noticia que Rita Inzunza-Diaz, nuestra madre, esposa y abuelita ha pasado al descanso a los 68 años de edad este 25 de mayo de 2018 a las 6:30 a.m. rodeada de su familia.

Rita nació en Rosa Morada, Sinaloa Mexico el 4 de enero de 1950; hija de Victor y Ernestina Inzunza. Ella fue la octava de once hijos. Nació tan pequeña que le dieron el nombre de “La Pringa”.

Falleció tranquila, rodeada de su familia. Estuvo en una batalla contra el cancer de colon e hígado desde agosto, 2016. La sobreviven su esposo Alvaro Díaz Obando y sus hijos: Alvaro Jr. y esposa Rosa, sus hijos Christian, Melissa y Ricardo. Su hija Erica y esposo Daniel Miranda, sus hijos Allen, Kenneth & Ethan. Su hija Nibia Karine y esposo Robert Seavey, sus hijos Abigail y Aiden. Su hijo Jorge y esposa Vivian y sus recién nacidos, Jameson y Joshua.Rita fue bautizada en la iglesia Adventista del Séptimo Día junto con su madre Ernestina y cuatro de sus hermanos y hermanas. Tenía una pasión por el ministerio adventista, y dedicó su vida a su esposo, sus hijos y nietos. Siempre tenía a Dios en su corazón y cantaba himnos cuando estaba contenta o triste. Gracias a su fe pudo enseñarle a otros el amor de Cristo y ahora tiene una descendencia de creyentes en sus hermanos e hijos.

Rita trabajó para La Voz de la Esperanza, ministerio de la División Norteamericana de la iglesia Adventista del Séptimo Día desde el 3 de junio de 1991. Trabajó hasta que fue diagnosticada en agosto de 2016. Trabajó 25 años para el ministerio compartiendo el mensaje de Cristo a otros. Durante sus años de servicio trabajó con el pastor Milton Peverini, Frank Gonzalez y Omar y Nessy Grieve, directores de La Voz de la Esperanza. En diferentes ocaciones hablaron de su carácter como una persona íntegra y honesta.

Durante sus últimas semanas, tuvo dos metas: la primera fue de ver nacer a sus dos últimos nietos gemelos, lo cual pudo realizar. La segunda fue ver a sus dos nietos mayores graduarse de la universidad, y aunque supo que habían terminado todos sus requisitos, desafortunadamente no podrá asistir a la ceremonia de graduación.