Había una vez un niñito,
Que era precioso y estaba lleno de amor.
Su sonrisa perfecta alumbraba el camino
y verlo descubrir al mundo fue maravilloso.
El niño era amoroso, gracioso y lleno de cariño.
Siempre buscando aventuras, nunca era aburrido.
Y durante su camino tocó muchos corazones;
por supuesto de su familia y también amistades
nuevas encontradas en su camino.
Y un día, el niño tuvo retos que lo asustaron.
A veces hasta lo hicieron llorar y dudar.
Pero con amor, paciencia y perseverancia
se estaba convirtiendo en el hombre
que algún día podría hacer una diferencia...
Pero a veces la vida tiene otros planes.
Y quizás es por eso que no podemos entender,
¿cómo un niño tan bueno y tan dulce se haya ido tan pronto?
Quizás Dios quería ver su hermosa sonrisa también.