Gabriel Alvarez

Él siempre estuvo rodeado de sus hijos, hijas, nietos, y nietas. Él nunca estuvo solo. Así que, nunca olvidaremos todas las lindas memorias que tenemos contigo. Tu sonrisa y carcajadas cada vez que uno entraba a tu casa. Y por supuesto, nadie se va poder olvidar de tus famosos calientes!! ¡Como te hacía feliz! Esa era una de tus maneras de cómo nos demostrabas tu amor. ¡Nadie se escapó de tus calientes!

Otra característica muy bonita de mi Papabelito era su manera de poder hacer amigos a donde quiera que él fuera. Como le gustaba hacer platica. Aunque él no sabía inglés, eso no era un impedimento para hacer nuevos amigos y platicar. A él siempre le gustaba ir a caminar y se hizo amigos americanos y a Nativos. ¡El era feliz a donde él fuera!

A mi Papabelito le encantaba ir a pasear y conocer nuevos lugares. Él siempre era alegre y le gustaba, le encantaba la música y bailar. El me dijo que cuando él era joven, él era músico, y él tocaba en bodas, bailes, y fiestas. Y fue así como él conoció a mi Mamachelito. Papabel, te queremos decir que todos nosotros vamos a cuidar de ella.

Todos te vamos a extrañar. Nunca olvidaremos cómo eran tus despedidas. Tú salías afuera, te recargaste en la puerta de la cerca, movías tus manitas y nos decías adiós. Te quedabas ahí, hasta que ya nos íbamos y nos perdías de vista. ¡Como te vamos a extrañar!

Mi Papabelito tenía un corazón muy lindo. Una vez que fuimos a Rosarito, fuimos a comer a un restaurante. Nuestra mesera, miró a Papabel y empezó a llorar. Ella le preguntó a mi mamá si la dejaba abrazar a Papabel. Mi mamá le dijo que sí. La mesera abrazó a Papabel y el la contento. Después la mesera nos dijo que Papabel la hizo recordar a su abuelito. Que era como estar mirándolo a él. Nos agradeció, porque en esos segundos que Papabel la abrazo, él la hizo muy feliz. Él con su sonrisa y su corazón puro hacía feliz a los demás y a toda su familia.

Le agradezco a dios porque nos dio licencia de estar contigo por casi 94 años. Estoy en paz al saber que fuiste muy feliz hasta el último respiro. La manera en que Diosito te llevo fue muy linda. Le agradezco que te haya dado la oportunidad de ver a tu hermano, a familiares y amigos. Tu nunca te rendiste. Siempre tuviste unas ganas inmensas de vivir.

Si aprendimos algo de ti, será que nunca nos vamos a rendir y a disfrutar la vida y el momento haciendo lo que nos hace feliz. Hasta luego Papabelito, porque algún día nos volveremos a encontrar. ¡¡¡Te amamos y te queremos mucho!!!