En Iguala, Guerrero, bajo el sol ardiente, donde el tran pasaba, una nina crecio, huérfana y valiente, con el alma fuerte y una fe inquebrantable.
Vendia enchiladas con manos trabajadoras, en la estación del tren, bajo el cielo azul, u aunque la vida no siempre fue fácil, su sonrisa nunca falto.
Acompanada de su amado esposo Crisoforo, crió a sus seis hijos con amor y esfuerzo, y al pie, su fiel mascota Rambo, No faltaba su "Coca" diaria, su refresco favorito, y cuando le ofrecías algo, sin duda decia: "Heche", con un entusiasmo que hacía reír.
Le encataba bailar, con alma alegre, Hasta que sus piernas ya no pudieron más Sus ojos brillaban al ver a su familia y amistades, su corazon de oro, lleno de amor. Nos recordaba cuanto nos amaba, con cada abrazo, con cada bendicion.
Hoy nos duele que ya no esté con nosotros, pero sabemos que, en el cielo está, fuerte y sonriente, y como siempre, velando por su familia sin cesar.
Madre, abuelita, bisabuela, y tatarabuela querida, te extranaremos, pero en nuestros corazones siempre vivirá, su amor, su fe y su fortaleza sera la luz que nos guiara cada dia, en cada paso que demos.
Descansa en paz Angela Roman Miranda.
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