Alicia Gutiérrez nació el 19 de julio de 1947 en Juchipila, Zacatecas. Fue la cuarta hija de María del Carmen Luna y Doroteo Saldivar. Ella creció en una casa de tres hermanas y tres hermanos, y amó y respetó profundamente a su madre. Desde sus comienzos muy humildes y desde temprana edad, Alicia, trabajó arduamente y con diligencia, hasta que encontró una carrera que le apasionaba. Debido a que Juchipila era una ciudad pequeña y tecnológicamente en desventaja, Alicia tomó la iniciativa de ser enfermera en el hospital local. A través de su trabajo continuó en el hospital, conoció y se casó con Manuel Gutiérrez, el primer técnico de laboratorio de la ciudad. Juntos, ambos trabajaron para brindar la mejor atención médica disponible a los residentes de Juchipila. Después de un par de años de matrimonio, formaron una familia y dieron vida a cinco hijos: Liza, Manuel, Alberto, Fabiola y Alejandra.
Alicia amaba a su familia, su ciudad natal y a la enfermería, pero sabía que tenía que emigrar a los Estados Unidos para brindarles a sus hijos mayores oportunidades de vida. Después de emigrar y varios otros eventos que cambiaron su vida, se convirtió en madre soltera de cinco hijos en un país extranjero. Su ética de trabajo y su personalidad enriquecedora le permitieron prosperar junto con sus hijos. En los años siguientes, se convirtió en asistente de oficina en The Orange County Register, fue bendecida con dos nietos, Fabian y Aaron, y como entusiasta creyente de la educación superior le brindó apoyo total a dos de sus hijos que se graduaron de la universidad.
Alicia le gustaba cocinar, comer, coser y, a pesar de tener un trabajo de tiempo completo, también participó en diversas actividades, como vender joyas; Lo que la ayudó a generar un ingreso extra. Le gustaba ser madrugadora y estar ocupada, pero también disfrutaba su tiempo libre mirando novelas. En particular, a Alicia le encantaba visitar Juchipila y hacer excursiones de un día a Tijuana, donde disfrutaba visitando el mercadito para comprar especias mexicanas, la Comercial Mexicana para comprar mandado, Gushers para sus medicinas y comer tacos, mariscos, tamales de elote y agua de coco. Sus frutas favoritas eran guamara y pitayas, nativas de su ciudad natal.
Alicia siempre será recordada como una madre y abuela sabia, humorística y trabajadora. Sus palabras de sabiduría, fuerte personalidad y carisma nunca serán olvidadas. La conexión con sus hijos y nietos siempre será tremendamente profunda y, a pesar de todos sus esfuerzos y dificultades, como familia, siempre tendremos una inmensa gratitud.
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