Las Escrituras dicen que una buena reputación (un buen nombre) es mejor que el buen aceite…(Eclesiastés 7:1). A través de la vida, cada uno de nosotros tiene la oportunidad de hacerse una buena reputación, o un buen nombre. Por eso, la Escritura también dice que es mejor “el día de la muerte que el día del nacimiento.”
Mi hermano Hugo se hizo un buen nombre ante sus familiares, amigos, y compañeros de trabajo. Fue una persona que, a través de su vida, demostró cualidades que lo llevaron a ganarse el cariño, el amor y la amistad de muchas personas. Entre ellas y la que mas sobresale fue su humildad y su generosidad. Además, fue una persona que se interesaba por los demás, cualidades que heredo de nuestro papa, Ramón Mora, Sr. Y aunque yo saque el chiflido de mi papa, Hugo definitivamente saco la alegría y humor de papa. Otra cualidad de mi hermano es que era muy trabajador. Y le gustaba su trabajo. Y eso le ayudo a poder mantener a su familia.
Hugo será recordado como un buen esposo y padre. Un buen hijo, hermano y amigo. Hugo era muy amigable. Fácil se ganaba la amistad de la gente. Un compañero de trabajo dijo cuando supo la noticia de que Hugo había fallecido: “no solo perdí a mi supervisor, sino también a un padre.”
Pienso que en toda familia existen los sobre nombres. El mío fue simplemente Monche, el de Imelda, pues Mely, pero los que siempre existieron hasta este día, fueron los de Víctor y Hugo, los cuates. Por cierta razón a Víctor le decíamos “el conejo” y a Hugo, el era “el changuito”. No recuerdo porque, pero así lo conocíamos la familia inmediata. Aun los sobrinos y sobrinos nietos le llamaban así de cariño.
Vamos a extrañar a mi hermano. Sus mensajes de texto, sus llamadas, su sonrisa, sus fotos con su playera favorita de los 49ers de San Francisco. Su muerte nos dejara un vacío. Nos duele muchísimo que mi hermano ya no este con nosotros. Pero un amigo dijo unas palabras muy ciertas y que nos dan mucho consuelo. El me dijo: “lamentamos mucho que no se haya podido recuperar…Nos consuela saber que la muerte no es un punto y aparte, sino una coma,. Volveremos a ver a Hugo y cuando despierte se sentirá perfectamente bien de salud…Hechos 24:15.”
En estos tiempos difíciles, necesitamos que estar unidos y ayudarnos unos a otros a encontrar consuelo (Proverbios 17:17). Gracias a mi cuñada Yolanda por cuidar de nuestro hermano, por todo lo que hizo por él. Aunque mi hermano ya no está, ella siempre será nuestra cuñada y familia.
De parte de Yolanda y de toda la familia de Hugo, les damos las gracias por su amor, su apoyo y su interés en nosotros.
Ramón Mora, Jr.
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v.1.8.18