Judy Baquero passed away peacefully and without pain in Melbourne, FL, on November 13, 2024, at the age of 93. She was predeceased by her children’s beloved stepfather Julio, her eldest son Henry, and their cherished father Jorge. She is survived by her devoted children, Susana and George. A loving mother of three, grandmother of four, and great-grandmother of seven, Judy’s unwavering love and strength left an enduring legacy on her family.
Born in Ancon, Ecuador, Judy was the eldest of six siblings. At the tender age of 13, she became the heart of her family, stepping into the role of caretaker after her mother’s passing, until her father Rafael remarried and had five more children. Her resilience and selflessness profoundly shaped the lives of her siblings and became a defining quality of her character.
In 1969, Judy and her husband Jorge embarked on a new journey, emigrating with their three young children to Brooklyn, NY, in pursuit of greater opportunities. Over the years, the family made a home in Queens, NY, before settling in Palm Bay, FL, in 1989 with Julio. There, Judy embraced a quieter, joyful life surrounded by love and family.
Judy lived a life rich with simple pleasures and meaningful connections. She adored her children and had a special love for roses and plants, finding peace and beauty in nurturing both. Known for her uncanny luck at cards, her playful and enigmatic way with words, and her infectious laughter, she brought light and joy to everyone she encountered.
Her curiosity for the world and passion for learning were remarkable. Judy explored the healing arts of natural medicine, stayed engaged with current events and emerging technologies, and mastered modern tools like Alexa, voice apps, and smartphones. When not chatting with her family, she found solace in creating beautiful garments with her trusty Singer sewing machine, stitching together not only clothes but countless cherished memories.
As the quiet and loving matriarch of her family, Judy’s warmth, kindness, and wisdom touched all who knew her. Her youthful spirit and radiant beauty, both inside and out, will remain forever etched in the hearts of her loved ones.
Judy will always be remembered for her love, ladylike grace, and the joy she brought to those around her. Her legacy lives on in the hearts of her family and friends, who will continue to celebrate the remarkable life she lived and the unconditional support she gave to those she loved.
Rest in peace, Judy, a noble and eternal soul, lovingly remembered in every corner where a red rose blooms.
En Memoria amorosa de Judy Baquero
Judy Baquero falleció pacíficamente y sin dolor en Melbourne, Florida, el 13 de noviembre de 2024, a la edad de 93 años. Le precedieron en la muerte su querido esposo Julio, su hijo mayor Henry y su amado ex-esposo Jorge. Le sobreviven sus dedicados hijos, Susana y George. Una madre amorosa de tres hijos, abuela de cuatro y bisabuela de siete, el amor inquebrantable y la fortaleza de Judy dejaron un legado imborrable en su familia.
Nacida en Ancón, Ecuador, Judy fue la mayor de seis hermanos. A la tierna edad de 13 años, se convirtió en el corazón de su familia, asumiendo el papel de cuidadora tras la muerte de su madre, hasta que su padre Rafael se volvió a casar y tuvo cinco hijos más. Su resiliencia y abnegación marcaron profundamente la vida de sus hermanos y definieron su carácter.
En 1969, Judy y su esposo Jorge emprendieron un nuevo capítulo, emigrando con sus tres pequeños hijos a Brooklyn, Nueva York, en busca de mejores oportunidades. A lo largo de los años, la familia estableció su hogar en Queens, Nueva York, antes de asentarse finalmente en Palm Bay, Florida, en 1989, junto a Julio. Allí, Judy abrazó una vida tranquila y feliz rodeada de amor y familia.
Judy vivió una vida llena de placeres sencillos y conexiones significativas. Adoraba a sus hijos y tenía un amor especial por las rosas y las plantas, encontrando paz y belleza en cuidarlas con dedicación. Conocida por su sorprendente suerte jugando a las cartas, su manera juguetona y enigmática de hablar, y su contagiosa risa, Judy iluminaba cada lugar que visitaba con su presencia.
Su curiosidad por el mundo y pasión por aprender eran notables. Judy exploró las artes curativas de la medicina natural, se mantuvo informada sobre eventos actuales y tecnologías emergentes, y dominó herramientas modernas como Alexa, aplicaciones de voz y teléfonos inteligentes. Cuando no estaba conversando con su familia, encontraba consuelo creando hermosas prendas en su confiable máquina de coser Singer, cosiendo no solo ropa, sino también innumerables recuerdos queridos.
Como la matriarca tranquila y amorosa de su familia, la calidez, bondad y sabiduría de Judy dejaron huella en todos los que la conocieron. Su espíritu juvenil y su belleza radiante, tanto interior como exterior, permanecerán para siempre grabados en los corazones de sus seres queridos.
Judy siempre será recordada por su amor, su elegancia y la alegría que brindó a quienes la rodearon. Su legado vive en los corazones de su familia y amigos, quienes continuarán celebrando la vida extraordinaria que vivió y el apoyo incondicional que ofreció a quienes amó.
Descansa en paz, Judy, un alma noble y eterna, recordada con amor en cada rincón donde florece una rosa roja.
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v.1.13.0