Altagracia Ponciano Mejia. El Matrimonio de ellos fue bendecido con diez hijos, 9 de esos hijos sobrevivieron. En esos días, y en esa área de vivienda, eso se consideraba un milagro. Últimadamente, Dulce tuvo 29 hermanos y hermanas.
Solo días antes de cumplir sus 90 años, Dulce sobrevivió la perdida de su esposo Benito Rivera a quien también le llamaban (“Cano”). Dulce Maria Rivera llevó el apellido de su esposo desde que se casó con él en Nueva York en el año 1970. Dulce deja su única hija Raysa Castillo, su yerno Theodore S. Zafiris, sus nietos Jason Demuth y Jasmine Demuth. Sus hermanos y hermanas, Miguel (“Fefelo,”) Mary, Josesito, Sara, Magalys, Jose, Candita, Mireya, Ramona, Rosa, y Radames. Ella también se va dejando una cantidad numerosa de sobrinas y sobrinos. También sobrinas nietas y sobrinos nietos.
Desde 1974 Dulce residió en West Harlem, en la ciudad de Nueva York. Ella siempre mantuvo una conexión con su país natal al cual visitaba frecuentemente (siempre llevando donaciones a los necesitados), Dulce siempre se sintió orgullosa de ser Americana, pero aún más de ser Neoyorquina, especialmente de Manhattan. Ella hubiera preferido que su hija fuera contadora, pero finalmente se sintió muy orgullosa de tener una hija abogada. Dulce sintió mucha alegría de haber podido traer a su hija, y a varios miembros más de su familia, a los Estados Unidos. Dulce estaba orgullosa de ser el legado de una extensa familia de nietos, sobrinas, sobrinos, nacidos y criados en los Estados Unidos.
Dulce estaba pensionada, y tuvo una linda, amplia y diversa historia laboral. Ella fue maestra en Santo Domingo, trabajó en fábricas en Brooklyn y Manhattan, en el sector textil, a su llegada a Nueva York. Luego fue entrenada como asistente de salud. Dulce fué asistente de salud hasta que llegó su retiro. Después de su retiro, Dulce fue muy activa participando en el centro de recreo para adultos mayores. Ella participó activamente en las actividades sociales y políticas de su comunidad. Dulce esporádicamente participaba en clases en el City College, asistía a todas las vacaciones y reuniones familiares, y rara vez rechazaba alguna invitación al casino.
Dulce Rivera falleció en el Hospital Mount Sinai de la calle 114, el 6 de Julio del 2022. Su servicio fúnebre se llevará a cabo el 10 de Julio, en Riverside Memorial Chapel, localizada en el 180 West de la calle 76 en Nueva York. El horario es de 4pm a 8pm. Habrá un servicio religioso en su memoria el día Lunes, 11 de Julio a las 9:00 am en la capilla de la funeraria. Sus exequias se llevarán a cabo en Oakland Cemetery en Yonkers, Westchester County.
Dulce Maria Rojas Ponciano was born on August 12, 1932, in the town of Hato Mayor, Dominican Republic. She was the fifth child born to Jose Candelario Rojas and Altagracia Ponciano Mejia. The marriage would produce 10 children, with 9 surviving childhood, which was a miracle in those days in that area. Ultimately Dulce would have 29 siblings.
Just days short of turning 90 years old, Dulce survived her husband Benito Rivera (“Cano”), and has been known as Dulce Maria Rivera since she married him in New York in 1970. She is survived by her only daughter Raysa Castillo, her son-in-law Theodore S. Zafiris, her grandchildren Jason Demuth and Jasmine Demuth, and her siblings Miguel (“Fefelo”), Mary, Josesito, Sara, Magalys, Jose, Candita, Mireya, Ramona, Rosa, and Radhames. She is also survived by numerous nieces and nephews and grandnieces and grandnephews.
Dulce’s residence since 1974 was in West Harlem, in New York City. While she maintained a true connection with her native country and visited regularly (often bringing donations for the needy with her), Dulce was very proud of being an American, but perhaps even more so of being a New Yorker, and specifically from Manhattan. Although she wanted her daughter to be an accountant, she ultimately also became proud of her being a lawyer. She found great joy in knowing that she was the one responsible for bringing her daughter, and various other members of her family to the United States. She was proud of the resulting legacy of an extended family of grandchildren, nieces, nephews, being born and raised in the U.S.
Dulce was retired, but she had a rich and diverse work history. She was a teacher in Santo Domingo, worked in factories in Brooklyn and Manhattan’s garment district upon her arrival in New York, and later was trained and worked as a Health Aide until her retirement. Post retirement, she actively participated at her local Senior Center, stayed active in her local community social and political activities, continued her education by sporadically taking classes at City College, all while attending all family vacations and reunions and rarely rejecting an invitation to the casinos.
Dulce Rivera passed away at Mount Sinai at 114th Street on July 6, 2022. Funeral services will be held on the 10th of July at Riverside Memorial Chapel located at 180 West 76th Street, New York, New York, from 4 p.m. to 8 p.m. A memorial religious service will be held the following day, Monday, July 11th at 9 a.m., followed by burial at Oakland Cemetery in Yonkers, Westchester County.
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