Nacido y criado en una familia de ganaderos multigeneracional en Michoacán, en el centro-oeste de México, Ramiro fue un amante de la vida al aire libre que disfrutaba del tiempo con su familia y amigos, la agricultura, la cría de vacas y ir de cacería.
Ramiro era un devoto católico romano que disfrutaba de asistir a misa con su familia. Su fe impulsó su vida para salir adelante.
Él y su familia dejaron México para venirse a Texas porque creía firmemente que Estados Unidos era la tierra de las oportunidades y quería brindar una vida mejor a su familia.
Ramiro fue una persona buena, amable y también un firme defensor de la alimentación saludable.
Nuestro padre siempre nos dijo: "Esfuérzate hasta que tengas éxito, estamos en el país de las oportunidades donde nuestros sueños realmente pueden hacerse realidad.
Papá, serás recordado con mucho amor y gracias, gracias por tu amor incondicional.