Amparo o Amparito, como le decían con cariño, era una esposa y madre muy dedicada a su familia que les demostró todos los días de su vida su amor incondicional y verdadero. Era muy trabajadora y siempre ayudó a que la familia saliera adelante. Tenía un gran corazón, demostraba su afecto y cariño a todos los que la conocían. Podía hacer amistades fácilmente y atraía a las personas por su modo muy agradable, su sonrisa, su personalidad y su buen sentido de humor.
Era una excelente cocinera que le daba su toque especial a sus platios que le salian deliciosos y a menudo le pedían la receta o su secreto de como quedaban tan ricos! Podías pasar horas platicando con ella y divirtiéndote con sus historias y reír con ella! Era una persona muy fuerte y perseverante que luchó con su enfermedad por más de 11 años. Nos enseñó lecciones y nos dejó un ejemplo de fortaleza, fe y aguante. A pesar de todas las pruebas y dificultades por las que pasó en su vida, era una persona feliz, principalmente porque tenía a Jehová Dios en su vida y lo amaba con todo su corazón! Dedicó su vida a Jehova en 1975 y le sirvió fielmente hasta el último momento de su vida.
Tenía la esperanza y una fe inquebrantable en la promesa que se encuentra en la Biblia de la resurrección en un mundo nuevo y que se cumplirá porque Jehova mismo lo ha prometido. Lo que más anhelaba es estar en ese nuevo mundo hecho en un paraíso junto con toda su familia y seres queridos que ya están durmiendo en la muerte y con sus queridos hermanos y hermanas en la fe. Tenemos la plena fe en que ese día maravilloso llegará y la podremos abrazar y besar nuevamente y vivir juntos felices para siempre! Hasta que llegue ese día la extrañaremos muchísimo y la llevaremos siempre en nuestros corazones. A ella la sobreviven sus 4 hijos, Ivan, Argentina, Marco y Raul Jr, 2 hermanas Yanira y Sandra, hermano Oscar, 9 nietos, y 7 bisnietos.
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